martes, octubre 02, 2007

SOBRE EL 2 DE OCTUBRE


TRANSCRITO DE MYSPACE.

Unas palabras ante algunos compañeros, en algún lugar d nuestra patria, el pasado domingo 30 de Septiembre:
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Estoy Aquí, no para hablar de lo que me solicitaron quienes gentilmente me prestaron la oportunidad de dirigirme hoy a ustedes; hablaré más bien de lo que debo. Perdón y respeto a quienes me invitaron, pero ellos entenderán, al igual que ustedes.

Hoy comienzo dedicando estas palabras a quien es importante para alguien que es importante para mí.

A Carlos Téllez, amigo entrañable de mi mujer que es mi todo.

No conocí a Carlos… pero en mi novia encuentro el dolor que deja la ausencia del amigo que ya no llegará jamás. Además, conozco el dolor que la muerte deja. El vacío que un compañero deja cuando se ha ido… la tristeza de quien debería estar y no está.

Conozco la rabia, la desesperación, la impotencia, el dolor, la depresión, los sueños rotos, y todo ese panorama que emerge detrás de una noticia desconsoladora como la muerte de alguien a quien amamos, por ello hoy, levanto mi voz para gritar:

¡2 de Octubre ni se olvida ni se perdona!

Se cumplen 39 años de la masacre en Tlatelolco perpetrada por el gobierno intolerante de Gustavo Díaz Ordaz. Casi 4 décadas después el país aún no ha podido cerrar ese capítulo tan triste y vergonzoso de su historia reciente.

Dos palabras retumban con fuerza al pensar en lo que aquella trágica tarde sacó a relucir de la realidad de México: intolerancia e injusticia.

La intolerancia es la cerrazón a voces que opinan diferente a la nuestra. Es el acallarlas de cualquier forma y a cualquier costo. Eso quedó exhibido aquel 2 de Octubre en la Plaza de las Tres Culturas. Un movimiento estudiantil disidente del gobierno que es acallado con balas, muertes, heridas y desapariciones. ¡Nunca más un México intolerante!

La injusticia es la negativa a aplicar la ley, para la protección de alguien o en perjuicio de alguno. Es el ojo que no quiere ver del juez, del político, del gobernante, del periodista. Es, como alguna vez dijo el Sub Comandante Insurgente Marcos, el “no ver y no oír, o peor aun, el ver y oír y no hacer nada”. ¡Nunca más un México sin justicia!

A fuerza de movilizaciones populares, muertes, encarcelamientos, destierros y sacrificios innumerables, nuestro México indignado ha presionado para el esclarecimiento de aquella tarde, pero el gobierno ha sido incapaz de hacer justicia a los caídos en la Plaza de las Tres Culturas y a los miles de luchadores sociales o de ciudadanos ajenos a cualquier causa política que, en las cuatro décadas transcurridas desde el movimiento estudiantil de 1968, fueron asesinados, desaparecidos, torturados, reprimidos y vejados por un poder público corrompido, desvirtuado y carente de contrapesos.

Hoy, el grupo en el poder se vanagloria de un cambio y una modernidad que parecen expresarse en ataques sistemáticos a lo poco que queda de propiedad nacional y en la glorificación de modelos de política social que suplantan la solidaridad constitucional del Estado para con los más desfavorecidos, por un asistencialismo caritativo. Los beneficiarios coyunturales de la larga lucha social en favor de la democracia dicen y acaso hasta lo creen que la modernización del país implica gobernar como si se administrara una empresa, y renunciar al Estado laico y a la soberanía nacional frente a Estados Unidos; pero una nación verdaderamente moderna no se funda en una suerte de mesianismo gerencial sino, antes que nada y por encima de cualquier otra característica, en la plena vigencia del estado de derecho, en la erradicación de la impunidad y en un ajuste de cuentas con los arcaísmos autoritarios, sobre todo si se trata de un cúmulo de acciones oficiales delictivas y criminales, como lo fueron la represión del movimiento estudiantil y la guerra sucia que le siguió.

México, desde entonces y hasta ahora, ha seguido padeciendo ese par de enfermedades terribles y degenerativas: la intolerancia y la injusticia.

A pesar de la creación de una fiscalía especial para investigar tales crímenes de Estado, Luis Echeverría Alvarez y José López Portillo sigueron sin ser sometidos a juicio por la represión que imperó durante sus gobiernos. Miguel de la Madrid confesó impunemente que no hizo gran cosa para investigarlos; Carlos Salinas no ha sido indiciado por los centenares de asesinatos políticos perpetrados durante su mandato ni por los fraudes monumentales de las privatizaciones de su sexenio, Ernesto Zedillo no ha sido llamado por la justicia para que declare lo que sabe sobre las masacres de Aguas Blancas, Acteal, El Charco y otras que ocurrieron en su gobierno, ni para que responda por la corrupción galopante y obscena que desoló al país durante su gestión. Vicente Fox, refugiado ahora en un muy elegante rancho en Guanajuato jamás fue citado a explicar lo de San Salvador Atenco. México vive en la injusticia ejercida por los de arriba, y encubierta por los lacayos del poderoso: la clase política y muchos medios de comunicación.

Es por esa intolerancia e injusticia, y ante ellas, que han surgido muchas agrupaciones sociales que pelean por que se escuchen otras voces, y que se atiendan sus reclamos de justicia. Pero el camino a recorrer aun es largo, y necesitamos que día a día sean más los mexicanos que se sumen a la construcción de un México de todos, donde exista la justicia social y la paz cívica. México esta cambiando, pero debemos todos ser parte de un proceso de transformación que haga de nuestra patria una tierra donde todas las voces sean escuchadas y todos los crímenes sean castigados.

Es por ello los gemidos sociales como aquel YA BASTA que bajó encapuchado de la selva lacandona para decir: “nunca más un México sin nosotros”. Es por ello que hoy mi grito es claro y definido: Nunca más un México sin justicia y con intolerancia.

Por estas razones, a pesar de las grandes transformaciones nacionales ocurridas del 68 a la fecha, las positivas y las deplorables, sigue vigente la exigencia de esclarecer y castigar los crímenes de Tlatelolco, de la guerra sucia, de los asesinatos políticos, de los megafraudes y de las matanzas rurales. Esa exigencia se sintetiza en una consigna con plena validez en nuestros días:

¡2 de Octubre ni se olvida ni se perdona!

Recordemos hoy las atrocidades de aquel doloroso Tlatelolco, causadas por un gobierno fascista, intolerante y represor, de mano dura pues, como el del presente presidente espurio pero “legalizado”. Y por aquel recuerdo y la exigencia a no repetirlo, sumémonos al reclamo popular… desde “abajo” pues.

Recordemos hoy a aquellos hermanos mexicanos que ya no contamos entre nosotros, solo porque sus gritos incomodaban al “de arriba” y se encuentre en nuestras gargantas el renacer de aquellos reclamos que el poderoso quiso callar.

Sumémonos a la construcción de un nuevo país, no desde la política convencional, tan corrompida ya, sino desde la resistencia y la movilización social que LA OTRA CAMPAÑA dibuja. La “otra” va.

-El Sensei,
abajo y a la izquierda,
ADHERENTE DE LA OTRA.

2 comentarios:

Conciencia Personal dijo...

Mi amigo eterno:

Tu dolor es el mío; tu pena la mía; tu sollozo sacude mi conciencia personal. No estás solos. El 2 de octubre es nuestra verguenza nacional...No olvidar, no perdonar, no disculpar...¡Juntos hasta la victoria!

Desde del sureste mexicano, un abrazo grande.

Monique..

p.d. te quiero, espero que tu mujer no se enoje....ya escuché su voz y sé que pronto la conoceré; tu felicidad es la mía, no lo olvides.

EL SENSEI dijo...

MONIQUE: LO TRAGICO NO ES SOLO EL RECUERDO DE UNA TARDE GRIS, O EL DOLOR Y LA RABIA DE QUIENES LO LLORAN AUN COMO TESTIGOS PRESENCIALES O PARTICIPANTES DE AQUEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL...

¡¡DUELE QUE LA PATRIA, QUE AUN CON TODO LO QUE HA CAMBIADO DESDE ENTONCES, SIGA ENCONTRANDO ESPACIO PARA QUIEN DESDE EL PODER SIGUE GOLPEANDO, DESAPARECIENDO, TORTURANDO Y ASESINANDO A QUIENES LE SON INCOMODOS!!

¡¡TENEMOS QUE HACER ALGO MÁS QUE SOLO LLORAR CADA OCTUBRE!!

MEXICO DESPIERTA... LO VEREMOS PRONTO.

P.D. GRACIAS POR QUERERME; TE QUIERO AL MENOS IGUAL. ¿SU VOZ? ¡PERFECTA COMO TODA ELLA! ESE DÍA FUÉ HASTA HOY EL MEJOR DÍA DE MI VIDA... DESPUÉS TE PLATICO MÁS. ELLA JAMÁS SE ENOJARÍA DE LO QUE TE QUIERO... CONOCE BIEN EL PESO DE TUS PALABRAS EN MI.