(La cronica de mi fiesta de año nuevo)
Estaba por festejar el término de un ciclo: un año que se fue… un 2006 pleno de historias… con olor a nostalgia… recuerdos… memorias… anécdotas… triunfos y caídas… También festejaríamos a quien esta naciendo… un 2007 lleno de sueños… cargado de ilusiones… promesas… planes…La fiesta seria pequeña y privada… unos cuantos amigos… solo los más allegados… pues no faltaban más que esas voces, sonrisas y presencias para alegrar mi corazón… El tiempo de su arrivo estaba por cumplirse, y yo emocionado esperaba el momento de verlos atravesar la puerta dibujando una sonrisa… dispuestos a pasar momentos agradables…
En eso mi teléfono sonó… y al contestarlo escuche del otro lado la voz de un amigo (“F”) que la vida nos habia alejado geográficamente, y que hacía apenas un par de semanas de nuevo nos habia acercado… pero su voz estaba triste… y él se escuchaba sollozando… “¿dónde estas?” le pregunte casi por costumbre… pero su respuesta me intrigó: “aquí, hundiéndome. Estoy mal. Muy mal. Puedo hablar contigo?” Lo invité a venir a mi casa… y llegó antes que nadie… pero no quiso entrar… prefirió que habláramos afuera y aunque el frío era incomodo, accedí solo por ver aquella mirada derrotada.
Me miró y soltó el llanto… encendió un cigarrillo… las lágrimas eran gruesas y abundantes… la mirada perdida… la voz entrecortada. Ya no parecía aquel joven rudo, que habia dedicado parte de su vida al servicio de las fuerzas armadas a la caza de narcotraficantes… quien posteriormente viajaba miles de kilómetros protegiendo algún cargamento valioso (generalmente oro)… y que eso lo llevo a laborar posteriormente cuidando de la integridad de artistas… No se veía fuerte… ni feliz.
Me comento que tenia días buscando la muerte, y que hacía pocas horas habia enfrentado a tres criminales esperando que alguno de ellos le diera fin a la que dijo era una existencia desgraciada. Me miró entre lagrimas, y me dijo: “tengo todo y no tengo nada… tengo dinero… mi esposa… mis hijos… pero me siento solo… vacío… triste… ¡quiero morirme! ¡ayúdame a morir! ¡Te lo suplico!” él lloraba mientras hablaba… y la gente que pasaba volteaba a observarnos… cosa que él comento ya no le importaba.
Sentí mucho dolor de verlo así… pero me sentí honrado cuando me comentó que solo conmigo podía hablar de lo que le pasaba… por lo que lo abrace… y le asegure que lo apreciaba… y que por supuesto que lo ayudaría a morir. Me miro como descansando… sabiendo que su triste vida estaba por concluir…
Entonces llego el primero de los amigos que venían a la fiesta… venia con cuatro personas más, pero al ver lo que pasaba preguntó si era mal momento… Le asegure que al contrario… que pasara a su gente y que saliera de nuevo a unirse a nuestra conversación. Así lo hizo, y los presenté. Después, comencé a platicarle a “F” de cómo conocí a “E” y a comentarle que el también habia sido militar… pero de mucha mas altura jerárquica… y que también en algún momento estuvo a punto de quitarse la vida. Los dejé que hablasen por unos momentos… en eso llegaron “G” y “C” ambos con su gente… así que les pedí que pasaren a su amigos y se regresaran… y los incorporé a la platica.
“F” se asombró al escuchar las historias de aquellos individuos: uno habia salido del sucio y triste mundo del narcotráfico… otro del ocultismo satanista y la política corrupta… y uno más de violencia intrafamiliar del peor tipo que lo llevo incluso a ser recluido en centros psiquiátricos… pero fue mayor su sorpresa cuando entendió que cada uno de ellos ahora vivía una nueva vida.
Al final de la conversación, entramos a casa… y juntos, con los demás amigos que después se nos unieron, festejamos como lo teníamos planeado.
Una cosa he aprendido: la vida siempre nos da la oportunidad de morir a lo que hacemos y nacer a lo que queremos ser… pero muchos no logran entenderlo… y buscan una forma más estupida de acabar con la vida que tienen: suicidio. Lo se bien… porque en Enero del 2002 yo no soportaba más el peso de la culpa… y buscaba una bala que acabara conmigo… hasta que mi ahora gran amigo “M” me mostró ese concepto… “muerte y resurrección” que ahora enseño a otros. Yo morí aquel Enero… y aquel Enero resucité. Por eso festejo el año que nace después del año que muere… porque así es la vida… o así debería ser.
2 comentarios:
Siempre encuentra uno a personas que te ayudan a renacer, es simplemente creer y amar la vida. La historia de vida te salva a él y a ti.
Sabes, mis primeras lágrimas del año 2007 te las debo a ti por el comentario que dajaste en mi casa. Me conmovió, me latió fuerte y me hizo sentir que no estoy sola ni equivocada en apoyar a los nadies, lo seguiré haciendo. No te inmaginas la trascendencia de tus palabras en mi corazón.
y... también gracia por mostrarme tu escritores preferidos, en algunos coincidimos. Estaremos cerca, muy cerca.
Te saluda mi corazón y conciencia.
Monique.
Así debería ser, que moramos y resucitemos cuantas veces sean necesarias para formar en el ahora un ser que se sienta feliz con lo que es y realiza, grandes palabras y especiales tus amigos, esas enseñanzas y lo que percibí entre líneas me deja mucho en este inicio de año, gracias por compartirlo.
Feliz nacimiento!!
Besos
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