No lo se… quizás el cansancio… o la mente que no descansa… talvez los problemas propios o ajenos que se amontonan sin solución inmediata…. o la vida de desenfrenos que alguna vez viví… quizás fue el ayer que no termina de irse… o el mañana que no termina de llegar… o este ahora que no acaba de definirse… pero mi cuerpo pidió descanso… y lo pidió gritando.
Caí… el dolor era agudo… la preocupación era angustiante… los recuerdos eran abundantes… y la resignación no encontraba cabida…
La voz del medico capturaba mi atención… y me daba aliento… y a la vez me exigía modificaciones...
Debía pasar la noche en reposo… y el día siguiente en observación…
Pedí que trajeran a mí a esa gran amiga, compañera de gozos y tragedias: mi computadora, pues no sé pasar mucho tiempo lejos de ella… sin hablarle con mis letras… sin escucharla hablar con su data…
Que triste es tenerla sin acceso a la red… casi tan triste como aquella semana cuando tenía acceso pero me faltaba ella… y ante el peso de las ausencias rondando de nuevo en mi mente, surge de repente el recuerdo de aquel gran amor… que fue… que es… que quiero que deje de ser…
Cayó la noche… y de nuevo las estrellas me gritan su recuerdo… y la luna nuevamente me tortura con memorias…
La pienso aun cuando no quiero…
La quiero aun cuando no debo…
Decido grabar algo… lo que fuese… buscando refugio detrás de un micrófono… aun sin idea de que grabar… hago mil intentos… nada sale… lo comento con la enfermera… ella con mirada fría e indiferente me pregunta si aun creo en el amor… ahí lo entiendo… quiero expresarlo… necesito decirlo: ¡yo creo en el amor!
Y aun cuando la nostalgia me golpee de nuevo con el recuerdo de ella… fue ella quien me enseño a disfrutar el amor… y por ella… y aun sin ella, hoy creo en el amor.
Caí… el dolor era agudo… la preocupación era angustiante… los recuerdos eran abundantes… y la resignación no encontraba cabida…
La voz del medico capturaba mi atención… y me daba aliento… y a la vez me exigía modificaciones...
Debía pasar la noche en reposo… y el día siguiente en observación…
Pedí que trajeran a mí a esa gran amiga, compañera de gozos y tragedias: mi computadora, pues no sé pasar mucho tiempo lejos de ella… sin hablarle con mis letras… sin escucharla hablar con su data…
Que triste es tenerla sin acceso a la red… casi tan triste como aquella semana cuando tenía acceso pero me faltaba ella… y ante el peso de las ausencias rondando de nuevo en mi mente, surge de repente el recuerdo de aquel gran amor… que fue… que es… que quiero que deje de ser…
Cayó la noche… y de nuevo las estrellas me gritan su recuerdo… y la luna nuevamente me tortura con memorias…
La pienso aun cuando no quiero…
La quiero aun cuando no debo…
Decido grabar algo… lo que fuese… buscando refugio detrás de un micrófono… aun sin idea de que grabar… hago mil intentos… nada sale… lo comento con la enfermera… ella con mirada fría e indiferente me pregunta si aun creo en el amor… ahí lo entiendo… quiero expresarlo… necesito decirlo: ¡yo creo en el amor!
Y aun cuando la nostalgia me golpee de nuevo con el recuerdo de ella… fue ella quien me enseño a disfrutar el amor… y por ella… y aun sin ella, hoy creo en el amor.
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