LA MUJER QUE AMO
me ama…
me aspira y me exhala…
me duerme y me levanta…
me consuela y me aguanta…
me sonríe y me habla…
me toca y me abraza…
me transporta al éxtasis…
me saca de mi dolor…
me lleva de su mano…
sueño a sueño…
beso a beso…
paso a paso…
carcajada tras carcajada.
LA MUJER QUE AMO
nunca se rinde…
es más fuerte que yo...
y de la mano me comparte su fortaleza.
Sabe luchar por lo que quiere...
y me da seguridad a pesar de sus miedos;
ha sido golpeada… y sigue de pie…
aun creyendo en el amor…
y poniendo su presente en mis manos…
su pasado en mi corazón…
y su futuro en mis intenciones.
LA MUJER AMO
me recuerda que soy libre…
y yo feliz me encierro en el cielo de su alma…
ella no recorta mis alas…
ella se hace viento…
y me deja volar sobre el mar de su cuerpo.
LA MUJER QUE AMO
le da voz a mis gritos en el silencio…
y da silencio a mis tormentos…
cura mis heridas…
sana mi pasado…
me construye un nuevo destino:
su mirada… siempre en su mirada…
y mi amor en su propiedad transforma.
Me hace amarla solo a ella…
me hace desearla completa…
me hace necesitarla todo el tiempo…
me hace soñarla siempre…
me hace transpirar su sabor aun a la distancia…
y tiene mi mundo en sus manos.
LA MUJER QUE AMO
es todo lo que quiero…
y no pido…
ni necesito más que pertenecerle.
LA MUJER QUE AMO
es un cálido rayo de sol que abrigó una esperanza en mi alma antes dormida...
es un regalo grato que inmerecidamente llegó a mi vida cuando menos lo esperaba…
es esa medicina que curó mis heridas viejas…
me sanó de mi pasado triste…
y me enseño a creer de nuevo en el amor.
Solo ella pudo convencerme que el amor después del amor vale la pena…
y que sí puede haber un buen amor después de un mal amor.
LA MUJER QUE AMO
es quien entrega sentido a mis días…
sonrisas a mis horas…
placer a mis noches…
sueños al mañana.
nuevas ilusiones a este corazón cansado…
LA MUJER QUE AMO
es un minuto de paz en medio de mis guerras…
es la lluvia que moja el suelo reseco de mi campo…
es quien seca cada una de mis lágrimas solo con su sonrisa,
y es, a la vez, quien provoca mi mayor y más dulce de los llantos
sólo con decirme que me ama en el momento que más lo necesito...
LA MUJER QUE AMO
es el ser me que comprende más allá de la mirada…
es quien sabe dibujar mis esperanzas…
y guiarme a encuentros sublimes a través de la distancia
con sólo cerrar sus ojos y dejarse llevar... y llevarme hacia ella.
Solo ella provoca que mi alma se extasíe…
y viaje en busca de la suya hasta encontrarla.
Solo ella conoce mi vida entera…
mi pasado sucio…
mis temores oscuros…
mis deseos secretos…
mis miedos escondidos.
Ella sabe cuando siento pena…
cuando me embarga el dolor…
cuando me ataca la angustia…
y cuando estoy feliz.
LA MUJER QUE AMO
me conoce… sin mentiras… como siempre le prometí…
LA MUJER QUE AMO,
aun cuando era invisible a mis ojos todavía,
ya era concreta en mi corazón…
y sin verla la veía…
y sin tocarla la tocaba…
sin besarla la besaba…
y sin poder hacerle el amor la sentía ya mía.
Esa mujer,
LA MUJER QUE AMO,
es una de esas pocas por quien bien vale la pena vivir o morir…
matar o ser muerto…
tenerla o verla partir…
¡lo que sea que le convenga más!
me ama…
me aspira y me exhala…
me duerme y me levanta…
me consuela y me aguanta…
me sonríe y me habla…
me toca y me abraza…
me transporta al éxtasis…
me saca de mi dolor…
me lleva de su mano…
sueño a sueño…
beso a beso…
paso a paso…
carcajada tras carcajada.
LA MUJER QUE AMO
nunca se rinde…
es más fuerte que yo...
y de la mano me comparte su fortaleza.
Sabe luchar por lo que quiere...
y me da seguridad a pesar de sus miedos;
ha sido golpeada… y sigue de pie…
aun creyendo en el amor…
y poniendo su presente en mis manos…
su pasado en mi corazón…
y su futuro en mis intenciones.
LA MUJER AMO
me recuerda que soy libre…
y yo feliz me encierro en el cielo de su alma…
ella no recorta mis alas…
ella se hace viento…
y me deja volar sobre el mar de su cuerpo.
LA MUJER QUE AMO
le da voz a mis gritos en el silencio…
y da silencio a mis tormentos…
cura mis heridas…
sana mi pasado…
me construye un nuevo destino:
su mirada… siempre en su mirada…
y mi amor en su propiedad transforma.
Me hace amarla solo a ella…
me hace desearla completa…
me hace necesitarla todo el tiempo…
me hace soñarla siempre…
me hace transpirar su sabor aun a la distancia…
y tiene mi mundo en sus manos.
LA MUJER QUE AMO
es todo lo que quiero…
y no pido…
ni necesito más que pertenecerle.
LA MUJER QUE AMO
es un cálido rayo de sol que abrigó una esperanza en mi alma antes dormida...
es un regalo grato que inmerecidamente llegó a mi vida cuando menos lo esperaba…
es esa medicina que curó mis heridas viejas…
me sanó de mi pasado triste…
y me enseño a creer de nuevo en el amor.
Solo ella pudo convencerme que el amor después del amor vale la pena…
y que sí puede haber un buen amor después de un mal amor.
LA MUJER QUE AMO
es quien entrega sentido a mis días…
sonrisas a mis horas…
placer a mis noches…
sueños al mañana.
nuevas ilusiones a este corazón cansado…
LA MUJER QUE AMO
es un minuto de paz en medio de mis guerras…
es la lluvia que moja el suelo reseco de mi campo…
es quien seca cada una de mis lágrimas solo con su sonrisa,
y es, a la vez, quien provoca mi mayor y más dulce de los llantos
sólo con decirme que me ama en el momento que más lo necesito...
LA MUJER QUE AMO
es el ser me que comprende más allá de la mirada…
es quien sabe dibujar mis esperanzas…
y guiarme a encuentros sublimes a través de la distancia
con sólo cerrar sus ojos y dejarse llevar... y llevarme hacia ella.
Solo ella provoca que mi alma se extasíe…
y viaje en busca de la suya hasta encontrarla.
Solo ella conoce mi vida entera…
mi pasado sucio…
mis temores oscuros…
mis deseos secretos…
mis miedos escondidos.
Ella sabe cuando siento pena…
cuando me embarga el dolor…
cuando me ataca la angustia…
y cuando estoy feliz.
LA MUJER QUE AMO
me conoce… sin mentiras… como siempre le prometí…
LA MUJER QUE AMO,
aun cuando era invisible a mis ojos todavía,
ya era concreta en mi corazón…
y sin verla la veía…
y sin tocarla la tocaba…
sin besarla la besaba…
y sin poder hacerle el amor la sentía ya mía.
Esa mujer,
LA MUJER QUE AMO,
es una de esas pocas por quien bien vale la pena vivir o morir…
matar o ser muerto…
tenerla o verla partir…
¡lo que sea que le convenga más!
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